Hace muchos muchos años, cuando apenas tenía 14 años, en verano, me vino mi menstruación, mi primera vez, me iba a fastidiar mi día de piscina, así que ni corta ni perezosa, valiente de mí, me puse mi primer tampax, y me bañe sin problema alguno. Lo peor de ese día es que estaba en familia, y todas mis tías, abuela, madre, mi hermana, primas, me daban la enhorabuena. Y yo pensaba, ¿enhorabuena? ¡Menuda mierda!, ¡quien cojones quiere ser mujer! siempre tuve el síndrome de Peter pan, ni putas ganas de crecer, me encantaba ser una niña, de hecho a mis 32 aun miro mi infancia con añoranza, y que feliz que era en la ignorancia, con toda la inocencia, maravillosa inocencia.
Pero esto no acababa más que empezar. Me bajo ese día de agosto, y siguió conmigo 7 días más y ya no la vi en muchos meses, me tuvieron que llevar al médico, y allí descubrir que mis ovarios eran poliquisticos, ¿pero qué significaba eso? De eso no tuve ni idea hasta después de mucho tiempo. A los 18 me dijeron que tomara anticonceptivas por esos quistes y así hice, casi 10 años tomándolas.
Al cabo de los años mi cuerpo cada vez iba cambiando más, engordaba casi sin aumentar mi dieta, y ya no conseguía controlar mi cuerpo.
Hasta que en 2012 descubrí que lo que tenía era SOP, síndrome de ovarios poliquisticos, en lo que no solo habían quistes en mis ovarios, si no que no ovulaba, que mis reglas tardías eran falsas, que engordaba de respirar y que ocasionaba múltiples problemas hormonales entre ellos hipotiroidismo. Y ahí empezó la batalla de la infertilidad.
